La tercera entrega de la saga TRON se enfrenta a críticas polarizadas. Elogiada por su deslumbrante estética y banda sonora de Nine Inch Nails, es señalada por un guion “flojo” y por sacrificar la esencia digital de la IP a favor del espectáculo. ¿Pudo Disney haber hecho más que apelar a la nostalgia?