¿Se acuerdan de Hutch Mansell? Ese padre de familia aparentemente normal que resultó ser un auténtico huracán de puños y balas
¿Se acuerdan de Hutch Mansell? Ese padre de familia aparentemente normal que resultó ser un auténtico huracán de puños y balas. La primera película, Nobody, nos llegó en esos días extraños de pandemia, una aventura acción que, con sus altibajos, nos divertió mucho gracias al carisma de Bob Odenkirk.
Pues bien, Hutch está de vuelta en Nobody 2, y esta vez no tiene que esconder su verdadera naturaleza de su familia. El argumento nos pone al día rápidamente: tiene una deuda millonaria que saldar con el misterioso Barbero (el siempre genial Colin Salmon) y se ha convertido en un “auditor” a tiempo completo. Pero hasta los sicarios necesitan vacaciones, así que lleva a los suyos a un viaje familiar al pueblo de su infancia. Spoiler: las balas y los mafiosos locales, liderados por una despiadada Sharon Stone, no tardan en aparecer.
Lo que funciona (y muy bien):
Vayamos directo al grano: la película es entretenidísima. Apenas pasa del hora y media, y el ritmo es tan trepidante que no te da tiempo a aburrirte. El cambio de director (ahora en manos de Timo Tjahjanto) no se nota en el estilo, que mantiene la violencia cruda y visceral de la primera parte. Las escenas de acción son creativas, brutales y, en el clímax ambientado en un parque de atracciones, simplemente divertidísimas. Hubo un par de momentos que me hicieron soltar un “¡uf!” sincero.
El reparto, una vez más, es el pilar fundamental. Bob Odenkirk sigue siendo absolutamente creíble, transitando con naturalidad entre el padre cariñoso y la máquina de matar. Su química con Connie Nielsen (que tiene algo más de peso esta vez) es palpable. Y ver a Christopher Lloyd y RZA de vuelta, repartiendo sabiduría y puñetazos por igual, es un placer que no cansa. Sharon Stone se lo pasa en grande interpretando a la villana desalmada.
La espinita clavada: las ideas que se quedan en el tintero
Aquí es donde le pongo un pero a la fiesta. La película introduce temas jugosos que luego ignora por completo. Se supone que trata sobre escapar de tu propia naturaleza, sobre esa dicotomía entre la violencia y la familia. Un personaje incluso le suelta la frase clave: “Vayas donde vayas, allí estás tú”.
Pero el guion no hace nada con esto. Hutch le pide a su hijo que tenga moderación… justo después de destrozar a diez tipos. Su mujer intenta tener una conversación seria sobre la distancia que su trabajo crea, pero esa charla nunca llega a ocurrir. Los conflictos maritales y paternales se resuelven solos, sin esfuerzo ni profundidad, porque la película tiene prisa por llegar a la siguiente pelea.
Veredicto final
¿Es Nobody 2 una obra maestra del cine de acción con una profunda reflexión moral? No.
¿Es una película extremadamente divertida, bien actuada y perfecta para desconectar durante una hora y media? Absolutamente sí.
Es como un viaje en una montaña rusa: te subes, gritas, te ríes y cuando bajas, no ha cambiado tu vida, pero te lo has pasado en grande. Si buscas una secuela fiel al espíritu de la original, con dosis generosas de acción y el magnetismo de Bob Odenkirk, esta es tu película. Solo no esperes que te haga pensar demasiado; prefiere noquear antes que filosofar.
Veredicto final
¿Es Nobody 2 una obra maestra del cine de acción con una profunda reflexión moral? No.
¿Es una película extremadamente divertida, bien actuada y perfecta para desconectar durante una hora y media? Absolutamente sí.
Es como un viaje en una montaña rusa: te subes, gritas, te ríes y cuando bajas, no ha cambiado tu vida, pero te lo has pasado en grande. Si buscas una secuela fiel al espíritu de la original, con dosis generosas de acción y el magnetismo de Bob Odenkirk, esta es tu película. Solo no esperes que te haga pensar demasiado; prefiere noquear antes que filosofar.













Comments
annabrown
Good Blog!
cmsmasters
Thanks.